Creciendo: Sabiduría y Gracia

Lc. 2: 40

"Y el niño crecía y se fortalecía, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios era sobre él."

Lc. 2:52
"Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres."





Jesús empezó su camino en el mundo como cualquier hombre. Cuando era pequeño, fue con sus padres al templo, subiendo a Jerusalén en la fiesta de la Pascua, de donde se relata el encuentro con los doctores de la ley.

Sin embargo, no quiero entrar en los detalles que Jesús estaba conociendo; quiero quedarme en el hecho de que lo hacía. Él se interesó por empaparse de las costumbres de su pueblo, de aprender, como cualquier niño lo haría, de la ley. Quiso crecer como un ser humano, para hacernos entender que no se saltó ningún paso.

Y, en especial hoy, quisiera ponerme a pensar que Jesús dedicó su vida a su Padre. Dio su esfuerzo por la humanidad.

Mientras fue creciendo, se llenaba de sabiduría. Y la gracia de Dios era sobre Él, preparando gracia para todos los hombres. La gracia de Dios fue sobre Él para que luego yo fuera partícipe de esa gracia.

Luego, creció en sabiduría y en estatura; y ya no sólo era que tenía la gracia de Dios sobre Él, sino que creció en gracia para con los hombres y para con Dios.

Yo quiero crecer en sabiduría y en gracia. Osea, no en gracia de ser "agraciado", luego, no se puede mejorar eso. Pero sí en gracia de la que Dios llena, de la que realmente se nota fluir de un hijo de Dios hacia los demás.

Sabiduría de Dios para hacer las cosas que deba hacer como Él quiera que las haga, responder con su Palabra y vivir en su ritmo. La sabiduría que tuvo Salomón, la Sabiduría que tuvo Samuel, la Sabiduría que tuvo Elías... yo quiero ser sabio según Dios, no según los hombres.

Y, luego, tener gracia de Dios, para con Dios y con los hombres.

Quiero ser un verdadero hijo de Dios, y crecer más y más en lo que Él quiere para mí.

Hoy pido esos dos regalos: sabiduría y gracia.
Que Dios nos bendiga mucho hoy.

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