Permanecer... 1

Jn. 15:5
"Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer."
 
 
En momentos en los que el hombre no gusta de hacer tratos que duren mucho tiempo, en circunstancias como la actual, en la que las personas no gustan de asentarse en algún sitio e, incluso, las relaciones humanas se tornan pasajeras, el tema de la permanencia en un estado o el mantenerse de una forma son mal vistos.

Yo he descubierto que, por más que mucha gente diga lo contrario, una de las mejores cualidades de un hombre es la capacidad de estar seguro de sus decisiones. Y es sobre eso que quiero hoy escribir.

Sólo como para dar un primer paso, quisiera iniciar con la certeza de que necesitamos encontrar un lugar firme para estar, y tiene que ser algo mucho más fuerte que nosotros mismos. Como cristianos, sabemos que no es simplemente un canto lo que hacemos cuando vamos a la iglesia, y que no es una limosna lo que colocamos en los recipientes de las ofrendas y, particularmente, no es un sueño despierto lo que nos sucede cuando oramos. No, es un nexo, un lazo que nos une a nuestra base, a Cristo.

La Biblia me dice que necesito permanecer en Jesucristo para poder hacer algo, porque, separados de Él, nada puedo hacer; y es correcto: sin Jesús en mi vida, no podría nunca llegar siquiera a pensar en algo bueno. Yo soy malo, de por sí, mis decisiones, por más que intenten hacer lo bueno, nunca lo logran y no sólo me termino dañando a mí mismo sino que, casi siempre, daño a los demás.

No puedo ser algo si me separo de Jesús y no quisiera olvidar lo que ha sucedido en mí por gracia de Dios.

Sobre el fruto, no es el tema hoy, necesariamente, ya mucho se ha hablado sobre él, y no está mal, pero quería decir simplemente que fruto es toda aquella acción que sí le agrada a Dios. A diferencia del pecado, el fruto es lo que nos permite vernos cerca a Dios, mejor dicho, lo que nos permite ser partícipes de su obra y el saber que vamos creciendo en Él.

Sólo podemos dar fruto si estamos unidos a Jesús y PERMANECIENDO en Él.

Quiero iniciar mi día (y terminarlo) con este tema: NECESITO PERMANECER EN JESÚS PARA PODER VIVIR, PORQUE SEPARADO DE ÉL NADA PODRÉ HACER. Este es mi primera entrada sobre el permanecer en Jesús y era sólo esto lo que quería pensar para comenzar.

Dios nos bendiga, y nos permita aprender bien porqué es necesario permanecer en Él.


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