¡No olvidarse de nada!

Ef. 6:11
"Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo."


De pequeño, recuerdo que lo primero que pensaba cuando me hablaban sobre armaduras era sobre dibujos animados: o bien era el Rey Arturo, cabalgando con sus caballeros de la mesa redonda, o bien era Seiya y los demás japonesitos de ojos grandes que peleaban por Atena.

Sin embargo, al crecer, mi idea sobre armadura cambió al empezar a conocer este pasaje, que es uno de los que más se leen al iniciarse en la fe. Te enseña mucho sobre cómo debe un cristiano armarse para vivir el día a día, pero me he dado cuenta que a mí no se me hizo entender todo lo que podía significar esta ordenanza de Pablo.

La Palabra dice que me vista de TODA la armadura de Dios. Entonces empiezo a desechar esa idea de muchos (donde me incluyo a veces) de que puedo tener fe, pero no me es necesario leer la Biblia; o que puedo ya ser salvo, pero no me es tan importante decir o vivir en la verdad.

Toda la armadura me es necesaria. Un soldado no puede salir a las batalla sin estar completamente vestido. Como normalmente me siento cuando salgo a la calle sin billetera, ese es el sentir de un cristiano al que le falta algo para vestirse de su armadura completa.

Ahora bien, ¿para qué me es necesario vestirme de toda la armadura? Simple, pero no fácil: para estar firme contra las acechanzas del diablo.

¡Qué duro! El diablo no deja de estar acechando al soldado del Ejército de la Cruz. Le conviene que el soldado deje sus labores de milicia cristiana para que no haga lo que su General le ordena.

Hoy saldré después de revisar que tenga puesta TODA mi armadura, no puedo olvidarme de nada, porque el enemigo espera que yo no sea prudente ni responsable.

Dios nos bendiga con sabiduría para estar atentos a vestirnos de toda su armadura.

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