Las visitas (2)

Lc. 2:10-11
"Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo:
que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor."


Los pastores fueron, en realidad, la primera visita del nuevo Rey. Habían tenido un encuentro con ángeles que les daban la noticia del nacimiento de Jesús y de cómo le habrían de encontrar so re un pesebre. Ellos, los pastores, estaban cuidando de sus ovejas cuando se les apareció el ángel con las noticias, en medio de la noche. Luego, todo un espectáculo de ángeles se e sumó al primero para hacer una fiesta a vista de los pastores.

Ahora, ¿por qué fueron pastores los que llegaron a adorar a Jesús? Personalmente, no lo sé. Puedo intentar entender que Dios quiso que Jesús tuviera un grupo de adoradores desde el inicio de su existencia en la tierra, y utilizó a uno de los grupos sociales más bajos, como los pastores que tenían que sacrificar su sueño para cuidar del rebaño.

No puedo, sin embargo, quedarme pensando sólo en eso. Dios escogió a estos pastores y no a todos los demás. Ellos estaban cerca del lugar de nacimiento del Mesías, pero también habrían de tener algo más.

Sí, ellos decidieron dejar sus labores con el rebaño (no sé si habrán dejado de cuidar a las ovejas o las resguardaron y se fueron, pero eso, creo, no interesa mucho) por esa noche para ir a ver al recién nacido. Ellos creyeron. Ellos pusieron adelante a Jesús, antes que sus "responsabilidades" personales.

Además, eran pastores. Su vida era cuidar de las ovejas que tenían encargadas. Su preocupación era que estas no se pierdan, y que regresen sanas a su dueño. Obviamente, Dios quería que se entienda que la misma responsabilidad llevada al máximo iba a cargar Jesús. Sin embargo, seguro que ni estos pastores, ni María o José entenderían eso en esa hora. Pero el corazón de los cuidadores de ovejas estaba centrado en hacer lo que Dios les mandaba.

Llegando a este pensamiento, recuerdo que el mismo Jesús dice, pasados unos 33 años, aproximadamente, que Dios quiere adoradores que le adoren en espíritu y en verdad. Entonces se hace mucho más clara la elección: estos pastores tenían un corazón como el que Dios buscaba para los primeros adoradores de su hijo en esta tierra.

No hay muchas vueltas, supongo, más que me importen ahorita; podría intentar hacer pensamientos "teológicos" más profundos -ja, como si fuera alguien para poder hacerlos-, pero no sería lo adecuado. Me basta, hoy, entender que Dios escogió pastores, de distintas edades, quizá incluso niños, para que fueran a adorar a Cristo.

No importa mucho cómo sean los regalos, en este caso. Ellos, los pastores, llegaron antes que los magos, he de recordar, y no nos dice la Palabra que llevaran algo de regalos. Y, si bien no nos dice la misma fuente que ellos "alabaron" a Jesús, sí nos dice que, cuando se fueron, glorificaban a Dios por lo que habían visto.

No es necesario ser de los más pudientes, ni de los que tengan más autoridad. Es necesario tener un corazón como el que Dios quiere para adorarle. Cuánto me hubiera gustado estar en ese momento con el grupo de pastores, ser uno más de ellos. Tener el privilegio de ser uno de los primeros que se arrodille frente a Jesús.

Hoy -regresando al modelo anterior de pensamientos-, quiero poner mi corazón a disposición de Dios, para que me lleve a adorarle como Él quiera.

El Señor nos bendiga con corazones según su voluntad.

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