Sólo un niño... (?)

Lc: 2:6-7
"Y aconteció que estando ellos allí, se cumplieron los días de su alumbramiento.
Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón."


Un niño nació en Belén. Un nene como otros, con ciertas diferencias a los demás: su madre era virgen, su concepción fue prometida desde el inicio de la historia y, desde luego, su vida cambiaría todo el orden cósmico y espiritual existente.

Y, realmente, era sólo un niño.

Un bebé que estaba envuelto en pañales de la época, trapos destinados a ser ensuciados con sus desechos de recién nacido, para limpiar la sangre del parto. Hemos de suponer que su madre lo abrazaría mucho tiempo antes de colocarle sobre el pesebre (mal entendido, ahora, como una "cama especial para niños recién nacidos"; porque, realmente, es un recipiente de madera donde se coloca el heno y la paja para que los caballos y las vacas coman, dejando, obviamente, el lugar no muy limpio) para que descanse. Y no importa, sólo una madre sabe lo duro que es dar a luz a una criatura... que lo abrace todo lo que quiera, que el que narra también daría mucho por sólo darle la mano.

El padre adoptivo, digamos, estaría cansado luego de intentar limpiar un poco este establo, para que el niño no se vaya a enfermar en su primer día respirando con sus propios medios. El hombre es un carpintero, sabe de clavos, martillos, madera y demás, pero no creo que haya tenido la destreza de una mucama para atención del parto de su esposa... de un hijo que sabía que era sólo prestado, porque no era suyo.

Ambos padres habían tenido que viajar hasta la ciudad natal de él, Belén de Judea, antigua ciudad del rey David, gran emperador de la casa de Israel, en tiempos antiguos. La razón era que tenían que empadronarse por mandatos de César, emperador actual del conjunto de naciones adheridas a su imperio Romano.

No habían conseguido un lugar en el mesón, por lo que tuvieron que andar durante la noche del alumbramiento buscando lugares donde quedarse. El único sitio libre no les parecería de lo más limpio, pero era todo lo que había. Y, además, los compañeros de cuarto no harían preguntas incómodas como "¿por qué estaría embarazada si no tenían tanto tiempo de casados?". No, los compañeros de cuarto sólo se dedicarían a rebuznar, oler, mugir y rascarse, en el mejor de los casos.

El párvulo, principal tema de nuestro relato, dormiría, luego del parto. Obviamente, él no estaría haciendo mucho durante todo este tiempo: es un bebé, y estas criaturas humanas de periodo temprano no suelen hacer mucho más que dormir y comer.

Sin embargo, su destino rompería con el destino de toda la humanidad y daría un vuelco total a todo lo que, hoy en día, conocemos como realidad.

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