La moda del soldado de la Cruz: ¡correas y pecheras!

Ef. 6:14
"Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia,..."

Is. 11:5
"Y será la justicia cinto de sus lomos, y la fidelidad ceñidor de su cintura."

Is. 59:17
"Pues de justicia se vistió como de una coraza, ..."


Veamos la moda de los soldados del Ejército de la Cruz. Hoy, empezaré a recordar qué cosas son las que debo vestir, lo que el mejor modisto me propone para salir. No es sólo una moda casual, sino algo mucho más práctico que lo deportivo, pero más limpio y digno que lo elegante.

Ceñir los lomos tenía un doble significado en la Biblia. Revisando un poquito, parece que en el antiguo testamento, la zona de los lomos equivalía a la espalda baja y las caderas, delimitada por la cintura. En el Nuevo Testamento, en cambio, los lomos es la parte central de la espalda, terminando en la baja espalda. Sea lo que sea, si se trataba de "ceñir" los lomos era cubrir la parte de la espalda, en el A.T. era incluso parte de los genitales, mientras que en el N.T. se trata de la espalda; pero, sí o sí, era ajustar las partes sobrantes de las mantas por la espalda.

Cuando uno tenía que trabajar en algo muy duro, iba a tener una jornada muy difícil o un camino muy largo por recorrer, se colocaba un cinturón que sostenía las ropas y ajustaba la espalda, como las fajas que vemos en los cargadores de cosas en mercados populares o en construcciones.

Para los soldados, como nosotros, el ceñir nuestros lomos tiene que ver con estar listos para saltar a la batalla. Si tuviéramos los mantos sueltos y jugando en nuestra espalda, no podríamos correr ni luchar, todo estaría flojo y sería harto incómodo.

Mi cinturón es de verdad por lo mismo. ¿Cómo podría saltar a la batalla sin la convicción de que todo por lo que voy a luchar es cierto? Además, cuando esté en plena lucha, si es la verdad la principal fuente de sostén de mi armadura, no caerá esta fácilmente. En verdad debo estar firme porque no me es permitido andar en mentira ya que sólo si mi vida es veraz, si no tengo nada que ocultar, si mi fe es cierta y real, y si mis acciones pueden ser puestas a la luz sin temor, ahí podré estar firme contra los ataques y mi armadura estará firme en mi cuerpo, deteniendo el peso que esta tenga y cuidando que no me quede descubierto.

Por otro lado, cuando la verdad sea mi cinturón, sobre ella podrá ir mi coraza firme sin caer. Mi coraza de justicia, con la que buscaré hacer juicios justos y decisiones acertadas. La equidad y el amor como partes de mi justicia tendrán en la verdad si principal soporte.

La coraza de justicia incluye mi contrato. Es parte de una justicia hecha en amor por mi General. Implica que estoy dentro de su Ejército porque él me compró en amor, haciendo justicia en mi vida no porque la merezca, sino porque le complació hacerlo.

Mi coraza me defiende contra todo ataque cuerpo a cuerpo, y frente a los golpes francos que me caigan, la justicia que Dios pondrá en mí frenará cualquier intento de hacerme doler o caer.

Además, es lo que estará en mi pecho, lo que llevaré con orgullo, lo que tendrá dibujado el escudo de mi Ejército. Los demás verán mi coraza y sabrán a qué bando pertenezco. Y la justicia que esté puesta en mí podrá reflejar la justicia de aquél que me salvó.

Hoy quiero empezar a vestirme desde temprano, para estar firme en lo que haga, respaldado por la acción de mi General, y aprendiendo lo que Él hace en mí, para llevarlo a las demás personas. La lucha será difícil, pero empiezo a estar más resguardado.

Que Dios nos vista en su moda.

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