Venciendo...

Ro. 12:21
"No seas vencido por lo malo, sino vence con el bien el mal."




Varias veces me he sentido enojado y he hecho enojar a otros. Muchas otras, he estado bien y me he enojado porque otros han hecho algo o han dicho algo que me ha fastidiado, y termino enojándome y preparándome para responder con fastidio a lo que podría considerar como una ofens, o un insulto. Simplemente, un estímulo malo o desagradable.

Sin embargo, hoy pude encontrarle una vuelta distinta a esto. Y no es que sea la primera vez que pienso en ello, ni que leo este pasaje -para nada-, sino que hoy quise empezar a buscar más de Dios, recuperar el tiempo perdido y vivir como Él quiere siempre que viva.

Por lo tanto, frente a las personas, debo intentar buscar Su amor. Sólo a través de ese amor es que se puede vencer lo malo, el mal que nos producen o el daño que sentimos cuando algo no nos va bien. El mal puede llegar a ser una palabra dura, una mirada déspota o saber que alguien no nos quiere porque se  comporta de una forma fea con nosotros.

Y, bien, eso va a suceder siempre, y todos nos enfrentamos a ello a menudo, seamos cristianos o no. Lo que te hace distinto, como hijo de Dios, es que puedas vencer, sobre lo que te hacen o dicen de mala forma, con el bien.

No es que uno venza, para cerrar la idea de ganar, sino que DEJAMOS QUE CRISTO VENZA EN NOSOTROS al mal que nos impacta diariamente.

Dice "vence" porque nos exige que seamos nosotros los que tengamos la acción de decidirnos a ganarle al mal. De esta decisión, Cristo hará parte con su amor -derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo- para que podamos ver, en ese amor, a aquél que nos hace mal o aquella situación desagradable.

Ahora, si amamos, enseñaremos a amar también, y si vencemos, con amor el mal que nos hacen, aquella persona que nos hace mal aprenderá un poquito más sobre lo que verdaderamente guarda el amor de Dios para él.

Cristo nos amó, por más que fuimos nosotros los que hicimos que fuera Él muerto. Venció, con su amor, el mal que nosotros le causamos, y nos enseñó a amar como Él nos ha amado.

Que Dios te bendiga hoy, y que nos enseñe a vencer en su amor, al mal que nos pueda llegar.

Comentarios