De premios y fincas

Mt. 5:10-12
"Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo.
Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros."



Muchas veces se han burlado de mí por ser cristiano, o, sino, no les parecía alguna de mis posturas bíblicas en relación a una que otra situación. Me han tildado de aburrido, de lorna, de intransigente, de chapado a la antigua, de santurrón, de mojigato y de tonto. Son muchas chapas para una sola persona.

Jesús se adelantó a todos los que me fastidiaron así. No que me haya insultado primero, sino que me dejó una promesa a sabiendas de lo que me iba a pasar. Él no dudaba que, así como a Él le harían sufrir en una cruz, y así como habían maltratado a sus profetas que habían venido antes, así me tratarían a mí y a muchos más que se la jugaran por Él; no por nada es el hombre del cielo, distinto a las modas, a las movidas de un mundo completamente corrupto.

Así que me dijo que no me ponga triste cuando me llamen así, que no me deprima si es que no entendía porqué no podían reconocer lo distinto, lo bello de seguir a Cristo, porque el mundo nos aborrece por causa de aquel que nos salvó.

Por mi parte, muchas veces he dudado de decir que soy cristiano. Me duele reconocerlo, pero no sería hombre si no lo reconozco. En varias oportunidades he visto reflejado al Pedro del patio del sumo sacerdote en mí y me he sentido avergonzado frente al Señor y he tenido que pedirle perdón.

Ahora, puedo recordar que no interesa dónde esté, Dios no se avergonzaría de mí nunca y yo no tengo porque avergonzarme del Evangelio porque, según lo que dice Pablo en mi libro favorito, es poder de Dios para salvación a todo el mundo.

Además, regresando al pasaje de hoy, Jesús mismo me dice quedebo estar feliz por varias razones:

La primera es que soy parte de los dueños del reino de los cielos, donde no tendré tristeza ni dolor nunca más. Soy miembro del club más importante en toda la historia y en todo el universo y poseedor de una finquita en el paraíso. Con eso me bastaría, a decir verdad.

Sin embargo, lo segundo es igualmente o más interesante. Dice Jesús que, si me tratan mal y mienten en contra mía por causa del evangelio, tendré un premio enorme en los cielos. Él mismo, espero, me lo dará y lo limpiará de tal forma que diga mi nombre relucientemente y salga el grabado con algo así como "A Joshua, porque le insultaron por causa de amar a Dios".

No hay, pues, razón alguna para entristecerme si es que no me quieren por ser de Jesucristo, mi familia es, en los cielos, más grande que cualquier grupo en el mundo, sea en la universidad, el trabajo o en cualquier sitio.

De Dios será mi vida y a Jesucristo seguiré no importándome cuánto digan de mí, siempre y cuando Él sea el que vea mi camino y al que le agrade.

Dios te guarde un premio como el que yo quiero.

Comentarios

  1. hey Joshua, mira en el tiempo que me vengo a enterar que tambien eres cristiano, hubieramos podido lidiar juntos tantas situaciones. Te vi de casualidad en la pagina de renuevo de plenitud y recordé que ese osito de tu facebook, era tuyo indefectiblemente. Dejame decirte, me identifico mucho con tu publicación, versiculos y palabras. sobretodo, me agrada mucho tener un compañero publicista cristiano, me parece genial! aunque no haya conversado casi nada contigo, dejame decirte que estoy contigo, compartamos juntos este privilegio de ser grandes hijos del padre. Muchas bendiciones para ti! katheryn scipion

    ResponderEliminar
  2. Gracias, Kathy.
    A la hora que nos encontramos, pero, en fin.
    Dios te bendiga y, bueno, conversaremos sobre el proyecto que me planteaste... espero volver a escribir este blog... Estoy en deuda con mis publicaciones...
    Dios te bendiga y mucho

    ResponderEliminar

Publicar un comentario