Siervo de Jesucristo

Hoy abrí la Biblia y, preparando un tema, noté cuánto me faltaba llegar a ser como Pablo, que buscaba ser como Jesús. Y, bueno, intentaré llegar a aprender cómo era Pablo y lo que me falta para ser como él, pasarlo a vivir.

Primero, la presentación de Pablo es importante, porque es así como tiene que mostrarse frente a una iglesia que él no conoce ni que ha fundado y que, como es de esperarse, es muy probable que sientan cierta desconfianza hacia el último apóstol llamado por Jesús.

Pablo se presenta en su carta a los romanos (conocida por ser un resumen y una explicación a la Biblia entera) de tres formas muy interesantes: siervo de Jesucristo, llamado a ser apóstol, y apartado para el evangelio de Dios. Y así es como empieza el saludo más largo entre toda su predicación epistolar. Luego, si seguimos revisando, llega el resumen del evangelio de Jesucristo, armado preciosamente en 6 versículos muy profundos.

Sin embargo, el tema de hoy es ser un siervo de Jesucristo. ¿Quién es siervo de Jesús? ¿Qué implica ser siervo de Jesús? ¿De qué sirve serlo? Vale, hay mucho que estudiar, no?

Doulos (siervo en griego), es aquel que sirve a alguien en un sistema de esclavitud. Según Trenchard, este tipo de esclavitud es la que conocía Roma puesto que era costumbre que los vencidos en guerra fuesen vendidos y revendidos de amo a amo y, al ser la capital del imperio tan victoriosa en términos bélicos, este tipo de personas era muy grande. Un esclavo no tenía ni libertad ni derechos, aunque, si conseguía el dinero suficiente, podía redimirse (“autocomprarse”, liberarse de la esclavitud). Este era el primer panorama que soltaba Pablo sobre su persona con relación a Cristo.

Ahora bien, un esclavo llegaba a serlo cuando alguien lo compraba después de una guerra. Esa era la forma directa de hacerse esclavo. De la afirmación de Pablo, entonces, podemos pensar que él se sentía “comprado” por Jesús. No que había sido tomado deliberadamente para servirle en esclavitud de miseria y con derechos inexistentes sin capacidad de decisión ni de elección. No, por el contrario, Jesús lo había comprado de una guerra personal que él había tenido: su propia guerra.

Pablo había perseguido cristianos basándose en la ley por la ley en sí, negando con todas sus fuerzas la posibilidad de que Jesús fuera el Cristo, el Mesías prometido a los hebreos. Jesús, entonces, le hace un llamado especial camino a Damasco, le hace caer al suelo, le muestra lo ciego que es y le da órdenes. Así, de frente, Jesús cambia la vida de Pablo, dándole una muestra de su poder y de su capacidad para hacer libres a los hombres. ¿Libres de qué? Libres de la búsqueda de la verdad por sus propias manos para encontrar la única verdad: Jesús.

Entonces, la esclavitud a la que Pablo se refiere está firmemente ligada con quién lo compró, y es, para filosofar un poco, una esclavitud que se basa en libertad. Puesto que Jesucristo lo compró con el precio de su sangre, pagó el precio por su vida, lo redimió (apolutrosis), Pablo se torna siervo de un nuevo Señor. Ya no será él el que busque la verdad tras la sangre de los cristianos, sino Jesús el que le muestre la profundidad de la verdad, de tal forma que deja de ser esclavo del pecado para convertirse en siervo del Señor.

Y esta relación entre las palabras “siervo” y “señor” tiene un gran significado. Jesús fue reconocido por Pablo como Señor de su vida (Ro. 1:7). Entonces, la relación es de siervo a amo, por obediencia y sujeción, pero también por amor y fe.

Detalles más y detalles menos en cuanto a la relación entre Pablo y Jesucristo, queda ver cómo va mi relación con Jesús. También soy llamado a ser siervo, a conocerme como sujeto a seguir y obedecer a Cristo en mi vida. Pero es necesario que también entienda que significa estar sujeto a las decisiones de mi amo, que lo que Él diga sea ley, que lo que Él desee sea más que obligación para mí. Que mi vida dependa de lo que Él quiere. Sólo así puedo llegar a presentarme como Pablo frente a las personas, sin necesidad de decirlo, dicho sea de paso.

Vaya, ¡cuánto me falta para ser como quisiera! En las rodillas he de cargar con el tiempo de oración y bendición para poder cerrar mi vida diciendo que para mí el vivir es Cristo y el morir ganancia.

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