Y la tierra se paró

Jos. 10:14
"Y no hubo día como aquel, ni antes ni después de él, habiendo atendido Jehová a la voz de un hombre; porque Jehová peleaba por Israel."


Una sola vez, en toda la historia, la tierra dejó de girar, demorando la llegada de la noche y alargando la duración del día. Lo interesante es que sucedió porque un ser humano se lo ordenó.

Josué sale a la ayuda de un pueblo con el que había hecho un pacto. A este pueblo le estaban atacando 5 ejércitos de ciudades cercanas y, obviamente, necesitaba ayuda.

En plena batalla, Josué y todo Israel guerrero lograron doblegar a los 5 ejércitos y, cuando estos estaban escapando y se hacía tarde, Josué habla con Dios y luego le ordena al sol y ala luna que se detengan; y el día se puso en pausa hasta que terminó el enfrentamiento que Josué había pensado. Luego, regresó el día a play.


¿Qué tenía Josué para lograr que entes del universo le obedecieran?

1: Tenía la confianza en la promesa de Dios que "ninguno de sus adversarios prevalecería frente a él": En el v8, Dios le dice a Josué que no tema, porque Él mismo le había dado la victoria sobre todos los oponentes que le tocaran: y Josué confió plenamente en eso. Estaba tan seguro de que Dios cumpliría su promesa que no dudó en comandar al universo entero y decidir sobre la formación militar de la misma tierra.

2: Poseía una promesa de victoria en todo si se mantenía en la palabra de Dios y en su voluntad permanentemente (Jos. 1:8): Si él cumplía con no separarse de los deseos de Jehová, entonces TODO le iba a salir bien. Dios cumpliría su parte de la promesa y Josué se la jugó por cumplir la suya: no se separó de la voluntad del Señor.

3: Lo más importante de todo y, en realidad, lo que armó las otras 2 condiciones: JEHOVÁ PELEABA POR ISRAEL. Los ideales que seguía Josué eran los mismos que tenía dios; y fue Dios quien le dio los ideales a Josué. Así de simple. Si Dios es por mí, ¿quién contra mí?

¿Qué hace falta para que Dios escuche nuestro llamado? Lo único que necesitamos contar es el punto 4 para entender el accionar de nuestro planeta: Dios atendió la voz de Josué. Josué no pidió mal; además, pidió en la voluntad de Dios. Josué era un hombre que decidió, desde el principio de su vida, creerle a Dios. No le ponía trabas ni dudas a las promesas que Dios le hizo. Se preparó para obedecer, y dispuso su corazón a servirle a Dios, por más que muchas cosas que hiciera por orden de Dios, parecieran raras.


Personalmente, mi nombre me da un peso especial, y siempre pensé que por algo lo tengo. Quiero que el hacer lo mismo que Josué sea ese peso, esa responsabilidad. Quiero confiar como confió Josué, y serán enormes las cosas que podré ver de Dios en mi vida.

Dios atienda tu voz.

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